Sam Altman, CEO de la compañía de inteligencia artificial (IA) OpenAI, anunció la semana pasada una inversión que ascendería a USD 25.000 millones para instalar en Argentina un centro de datos de Stargate, una iniciativa público-privada de Estados Unidos para ampliar sus capacidades en la industria de la IA y mantenerse como líder internacional en desarrollos de esta tecnología. El video con el que el director ejecutivo de la firma norteamericana dio a conocer la iniciativa –sin precisar plazos ni ubicación del mencionado data center– no fue publicado en la web de su empresa, y abrió una serie de interrogantes cuyas respuestas pueden anticiparse al ver lo que ocurrió en la región con proyectos similares.
Qué es un data center
En primer lugar, cabe explicar qué son los centros de datos y por qué resultan indispensables para que las compañías tecnológicas con escala global puedan mantener sus productos y servicios operativos las 24 horas, durante todos los días del año.
Los centros de datos son instalaciones que albergan la infraestructura técnica necesaria para crear, ejecutar y mantener en funcionamiento aplicaciones y servicios digitales, cuya información también es almacenada y gestionada desde la misma infraestructura.
Actualmente, compañías como OpenAI necesitan construir sus propios centros de datos a hiperescala, diseñados para contar con la cantidad de servidores y dispositivos de red que requiere el ofrecer productos como ChatGPT, utilizado por cientos de millones de usuarios cada semana.
Estos centros de datos difieren de otros más pequeños, como los centros de datos periféricos (EDC), que son ideales para cargas de trabajo intensivas de datos en tiempo real, como análisis de big data, inteligencia artificial y entrega de contenido.
El primer centro de datos a hiperescala fue instalado en 2006 por Google en The Dalles, Oregon, en un predio que actualmente ocupa 120 hectáreas. Y desde entonces las inversiones en estos centros no han parado de crecer.
De acuerdo con una proyección de McKinsey & Company, la industria crecerá un 10% anual hasta 2030 y el gasto global para la construcción de nuevas instalaciones alcanzará los 49.000 millones de dólares –cifra que representa apenas una décima parte de lo anunciado para el Proyecto Stargate–.
Y la puesta en funcionamiento de nuevos centros de datos, cada vez más necesarios por la carga de trabajo de desarrollos de IA, requiere niveles de consumo de energía que ya han generado conflictos en distintos países.
Goldman Sachs Research estimó que la demanda energética de los centros de datos crecerá un 160% hacia 2030, mientras que la Agencia Internacional de Energía calculó que el consumo de electricidad de estas infraestructuras representará el 3% del consumo eléctrico mundial llegado ese mismo año.
Esto se explica dado que se trata de instalaciones que contienen al menos 5.000 servidores y kilómetros de equipos de conexión, necesarios para abastecer las demandas de sus administrados, los principales proveedores de servicios de computación en la nube (CSP). Entre estos se cuentan Amazon Web Services, Google Cloud Platform y Microsoft Azure.
Es por ello que las grandes compañías tecnológicas necesitan instalar sus centros de datos en regiones del mundo que cuenten con las condiciones óptimas (bajas temperaturas y disponibilidad de agua y energía). IBM Cloud, por ejemplo, opera más de 60 centros de datos.
Estos centros de datos que entregan aplicaciones, servicios y datos a los dispositivos de los usuarios finales pueden instalarse en varios formatos que favorecen su escalabilidad, incluyendo los siguientes:
- Servidores en bastidor: tienen el tamaño de una caja de pizza y se apilan unos sobre otros en una estructura que cuenta con su propia fuente de energía, ventiladores para refrigeración, procesador y memorias, entre otros componentes.
- Servidores blade (cuchilla en inglés): están diseñados para ahorrar más espacio. Cada uno de los blades contiene procesadores, controladores de red y memoria. No requiere de un servidor individual más grande para funcionar.
- Servidores mainframes: ordenadores de alto rendimiento con múltiples procesadores que pueden hacer el trabajo de una sala entera de servidores blade o en bastidor, soportando mayores cargas de trabajo. Son mucho más compactos y potentes.
Centros de datos en Latinoamérica
La demanda mundial de centros de datos se ha disparado gracias al auge de la inteligencia artificial y la computación en la nube. Y, en paralelo, también crece la resistencia de las comunidades locales en las que se localizan estos proyectos, cuyo impacto ambiental es motivo de preocupación.
Según datos oficiales de Google, la compañía tiene centros de datos funcionales o en desarrollo distribuidos en 11 países, y solo dos de estos se ubican en Latinoamérica: uno, el primero de la región, se construyó en 2015 en la comuna de Quilicura en Chile; mientras que el segundo aún está en proceso en el departamento de Canelones, Uruguay, en donde fue demorado por reclamos sobre los recursos que demandará y la contaminación que supone.
En Brasil también se registró una situación parecida. A fines de agosto pasado, un grupo indígena del estado de Ceará, en el noreste del país, presentó una denuncia formal ante las autoridades federales reclamando que detuvieran el desarrollo de un centro de datos para la plataforma TikTok –propiedad de la compañía china ByteDance– que, según sostienen los integrantes de la comunidad, se estaba construyendo en sus tierras.
Los Anacé se convirtieron así en los primeros en presentar una denuncia de este tipo en Brasil, que como otros países de la región aspira a convertirse en un centro de datos global. En mayo, el Ministerio de Hacienda brasileño anunció que estaba trabajando en una política nacional que ofrece a las empresas exenciones fiscales y de otro tipo para proyectos de centros de datos. Con más de 180 centros de datos ya en funcionamiento, las autoridades prevén una afluencia de centros de hiperescala.
Entre mayo de 2024 y junio de 2025, Brasil registró un aumento del 330% en el número de solicitudes de desarrolladores de centros de datos para acceder a la red nacional, siendo este el primer paso que deben superar las empresas tecnológicas.
En ese marco, la comunidad de los Anacé reclama que se violó su derecho a la consulta, garantizado por un acuerdo internacional, y que se están ignorando sus preocupaciones sobre el consumo de agua del proyecto para instalar el centro de datos que serviría para la aplicación TikTok y para el cual se firmó una acuerdo con Casa dos Ventos, la empresa de energía eólica que alimentará el centro de datos.
“Lo están construyendo justo al lado del río”, en territorio indígena con significado espiritual y ceremonial para la comunidad, declaró un líder de los Anacé citado por Rest of World.
Ulisses Costa, director de protección y control ambiental de la agencia ambiental estatal, le dijo al citado medio que si bien el proceso de permisos exige consultar a las comunidades indígenas antes de construir en sus terrenos, las autoridades no cumplieron ese procedimiento en este caso porque los Anacé no tienen la propiedad oficial del terreno. Y afirmó, además, que los desarrolladores han recibido las autorizaciones necesarias del departamento local de agua.
Chile, en donde se encuentra el data center de Google, frenó otro proyecto de la compañía del buscador por reclamos ambientales que se vieron intensificados a raíz de la sequía que afecta al país desde hace 15 años. El año pasado, un tribunal local suspendió la construcción de un segundo centro de datos en la ciudad de Santiago de Chile, después de que los residentes locales descubrieran que extraería más de siete mil millones de litros de agua al año.
Debido a esta situación, la compañía estadounidense anunció en septiembre de 2024 que reformularía su proyecto de 200 millones de dólares. Mediante un comunicado, aclararon que no seguirían adelante "con el proceso de solicitud de los permisos para el proyecto de instalación de un centro de datos en la comuna de Cerrillos, tal como fue presentado originalmente y aprobado en 2020".
"Oportunamente, se dará inicio a un nuevo proceso que comenzará desde cero para un proyecto que usará tecnología de enfriamiento con aire en este mismo lugar", lo que permitirá refrigerar el centro sin la utilización de tanta agua potable, se añadió en un informe que fue remitido al Servicio de Evaluación Ambiental de Chile.
El caso de Uruguay también es otro ejemplo de la discusión sobre el impacto ambiental de los grandes centros de datos. En agosto pasado, el presidente uruguayo Yamandú Orsi recibió a autoridades de Google para discutir los avances del proyecto de construcción del segundo data center más grande de América Latina (el primero es el de Chile), situado en el departamento de Canelones.
La compañía ha dicho que invertiría más de 850 millones de dólares en el proyecto, además de un apoyo de 350.000 dólares destinado a un grupo de organizaciones de la sociedad civil uruguayas.
Según proyecciones oficiales, la construcción se desarrollaría en cuatro etapas y a lo largo de 26 meses, generando hasta 800 empleos en su pico máximo, con un promedio de entre 300 y 400. Luego, se mantendrían solo unos 50 puestos de trabajo cuando quede operativo.
El gigante tecnológico adquirió inicialmente 30 hectáreas en la zona franca del Parque de las Ciencias en Uruguay en mayo de 2021, después de anunciar por primera vez sus planes para el denominado “Proyecto Teros” en 2020.
Inicialmente, se esperaba que el proyecto demandara hasta 7,6 millones de litros de agua potable por día para abastecer su sistema de enfriamiento, pero la presión por el impacto ambiental forzó a la empresa a replantear el proyecto, que finalmente se reducirá a un tercio de la capacidad original y funcionará con un sistema de refrigeración por aire.
De esta manera, se emplearían 32 refrigeradores, también llamados chillers, que enfriarán por aire a través de un circuito cerrado de agua, recirculando el líquido utilizado a través de una subestación de UTE (la empresa estatal de energía eléctrica de Uruguay) que se construirá dentro del predio.
Las negociaciones entre Google y Uruguay iniciaron en 2019, durante el gobierno de Tabaré Vázquez. En agosto de 2020 –ya con Luis Lacalle Pou como presidente–, la multinacional confirmó la inversión en el centro. Pero a mediados de 2023 todo quedó en pausa. El entonces ministro de Ambiente, Robert Bouvier, afirmó que la compañía había retirado el proyecto original, y en noviembre de ese mismo año la empresa ratificó la inversión.
En julio de 2024, Google recibió la autorización del gobierno uruguayo para instalar el data center tras la modificación del proyecto original. En ese sentido, a principios de marzo último, la empresa estadounidense presentó un nuevo informe ambiental con el objetivo de poder superar las evaluaciones y, así, comenzar la construcción de su segundo centro de datos en la región.
Ubicado en Canelones, al sur de Uruguay, se estima que el centro de datos liberará 25.000 toneladas de dióxido de carbono al año y generará 86 toneladas de residuos peligrosos, incluidos “residuos electroelectrónicos”, aceites y envases químicos, según un informe de evaluación ambiental del Gobierno uruguayo que fue citado por The Guardian. Ese mismo informe precisó cómo sería el tratamiento de cada uno de los residuos.
Mientras que lo concreto es que este centro de datos proporcionará servicios de internet a los usuarios de Google en todo el mundo, en Uruguay hay dudas sobre los beneficios que implicaría para el país. “No aportará nada más que residuos tóxicos y gases de efecto invernadero”, sostuvo Daniel Peña, académico de la Universidad de la República en Montevideo y activista ambiental, de acuerdo con lo publicado por el medio británico. Peña criticó además el hecho de que el centro de datos estaría ubicado en una zona franca, por lo que la empresa no pagaría impuestos.
Además de estos dos data center, Google tiene otros proyectos en la región relacionados con Google Cloud. Uno fue inaugurado en 2017 en San Pablo y el otro está en Santiago de Chile (2021). Además, próximamente se sumará el tercero en América Latina en Querétaro, México.
Qué es Stargate
El Proyecto Stargate, que fue anunciado en enero de este año, se presentó como una iniciativa público-privada de los Estados Unidos enfocada en el desarrollo de infraestructura tanto física como digital para contar con los recursos necesarios para la siguiente generación de desarrollos basados en inteligencia artificial. Es decir, es un proyecto centrado en cubrir las necesidades de Estados Unidos y sus empresas en materia de infraestructura para asegurar su liderazgo a largo plazo en la industria de la IA.
“El Proyecto Stargate es una nueva empresa que pretende invertir 500.000 millones de dólares durante los próximos cuatro años en la construcción de una nueva infraestructura de IA para OpenAI en Estados Unidos”, decía un comunicado difundido a principios de 2025 por SoftBank, una multinacional japonesa centrada en la gestión de inversiones, que se comprometió con la inversión inicial de 100.000 millones de dólares.
Open AI, cuyo CEO fue el único referente de este proyecto que anunció el proyecto de inversión en Argentina, no es la única compañía tecnológica involucrada. Stargate también cuenta con el apoyo de gigantes como Microsoft, NVIDIA, Oracle y la británica Arm Holdings.
El anuncio de Stargate tuvo lugar en la Casa Blanca, en donde el presidente Donald Trump explicó los detalles junto a los ejecutivos de las compañías tecnológicas involucradas. Su objetivo es construir una red nacional de centros de datos avanzados de IA, comenzando con una instalación insignia en Abilene, Texas.
Más recientemente, OpenAI, Oracle y SoftBank anunciaron la creación de cinco nuevos sitios para centros de datos de IA en EE. UU.
“La capacidad combinada de estos cinco nuevos emplazamientos, sumada a la de nuestro emplazamiento insignia en Abilene (Texas) y a los proyectos en curso con CoreWeave, lleva a Stargate a alcanzar casi 7 gigavatios de capacidad prevista y más de 400.000 millones de dólares en inversiones durante los próximos tres años”, dice un comunicado que fue publicado en la web de OpenAI a fines de septiembre.
Hasta el momento, no hubo anuncio formal sobre la inversión que se anticipó para Argentina mediante el video de Sam Altman. La publicación más reciente sobre Stargate en la web de OpenAI es del 1 de octubre, y anuncia una alianza con las firmas Samsung y SK para expandir “la infraestructura crítica para el desarrollo de la IA, a nivel mundial y en Corea”, sin especificar monto de inversión.