James Sakara, un joven pastor de la iglesia de Sion en Zambia, murió al intentar recrear la resurrección de Jesús, para lo que pidió que lo enterraran vivo y lo dejaran permanecer tres días bajo tierra.

Los hechos ocurrieron en la ciudad de Chadiza, en la provincia oriental de Zambia, en donde Sakara convenció a su congregación de que él sería capaz de resucitar en tres días, tal y como lo hizo Jesús en los relatos de la Biblia.

A pesar de que varios de los miembros de la iglesia intentaron impedir que el pastor concretara su idea, otros lo apoyaron y cavaron el agujero en el que luego colocaron el ataúd. 

Tras escucharlo citar un pasaje de la Biblia, tres ayudantes de Sakara le ataron las manos y lo enterraron vivo, donde permaneció tres días hasta que regresaron para desenterrarlo. En ese momento la congregación observó que el pastor no respondía, por lo que comenzaron a practicar rituales espirituales esperando un milagro que nunca llegó. 

De los tres miembros de la iglesia que se ofrecieron como voluntarios para ayudar al pastor con su recreación, uno se entregó a la policía, mientras que los dos restantes todavía son buscados y se cree que están huyendo.

Según los informes de la prensa local, el pastor dejó viuda a una joven esposa que está embarazada de su primer hijo.