La celebración del Día Nacional de Mate, instaurada en 2014 para cada 30 de noviembre en conmemoración del nacimiento del caudillo guaraní Andrés Guacuarí y Artigas, es la excusa perfecta para recordar a este personaje que en Corrientes y Misiones es todo un mito.

El Indio Andresito, como se lo conoce popularmente, fue el único gobernador aborigen que tuvo la Argentina.

Mientras José de San Martín preparaba el cruce de los Andes, Andresito conducía del otro lado de ese país que intentaba constituirse como tal el “ejército de los pueblos libres”, al servicio de José Gervacio Artigas, que era su padre adoptivo.

El caudillo de la Banda Orienta designó en 1815 a Andresito comandante general de Misiones, un cargo equivalente al de gobernador. Desde ese lugar alentó la producción de yerba mate, tarea en la que alentó a involucrarse a los guaraníes, y tomó medidas proteccionistas que favorecieron la exportación del producto más allá de las fronteras misioneras. 

Es justamente en Misiones donde su figura es más venerada al punto que en Posadas se lo homenajeó con una estatua de seis metros de alto. 

Pero no nació allí sino en la provincia de Corrientes, en la ciudad de Santo Tomé, el 30 de noviembre de 1778. Allí pasó su infancia y pudo educarse.

No hay datos de cómo fue que José Gervasio Artigas adoptó a Andresíto. Lo cierto es que ambos eran despreciados por la oligarquía litoraleña, recelosa de la idea central del caudillo de la Banda Oriental, El Congreso de los “Pueblos Libres”, en el que participaban pueblos originarios, gauchos, inmigrantes europeos y mestizos y que se propusieron construir un territorio en donde la esclavitud y la servidumbre no existiera.

La primera misión militar fue recuperar los pueblos misioneros ocupados por los paraguayos. “Lo hace al mando de su ejército indígena de 500 combatientes armados como pueden, con lo que tienen que no es mucho y que compensan con coraje y su conocimiento del terreno palmo a palmo. En poco tiempo recupera Candelaria, Santa Ana, San Ignacio, Loreto y Corpus”, relata el historiador Felipe Pigna.

Que describe que como gobernador ejerció una “conducción humana, justa y socialmente revolucionaria”, al punto que anunció la primera reforma agraria de América, con  el objetivo de que “los más infelices sean los más privilegiados”. 

En esa dirección, “repartió tierras a los que las habían perdido a manos de la conquista, el saqueo, la estafa o todo eso a la vez”. 

Además, no solo alentó la producción de la yerba mate sino también la fabricación de pólvora y la instalación de hornos para fabricar puntas de lanzas.

En la ciudad de Corrientes, donde también ejerció la gobernación por un mes, no hay ni una placa que lo recuerde, lamentaba Camilo Gómez Montero, director del documental “Buscando al Comandante Andresito”, cuando estrenó esa película con la que intentó rescatar a esta figura mítica del olvido.

Eso tiene que ver con que fue excluido de la historia oficial. “Su figura sigue estando latente en la población del Litoral, pero no en los libros con los que aprenden los chicos en la escuela”, explica el realizador del film. 

Justamente cuando era gobernador de Corrientes Andresito cayó preso del ejército de Brasil –los portugueses habían lanzado en 1816 una sangrienta invasión que duró hasta 1820–,  y fue encerrado en una cárcel de ese país. Lo liberaron poco después pero lo volvieron a apresar por participar de una riña callejera. Poco se sabe de lo que ocurrió luego con esta figura mítica, salvo, como dice Pigna, que hubo una “paciente labor de quienes siguen tratando infructuosamente de enterrarlo en el olvido para siempre”.