Posteriormente, el observatorio británico indicó que el brillo intermitente que se puede apreciar fácilmente en las imágenes probablemente tenga su origen en los reflejos del enorme parasol desplegado por el telescopio espacial.

El pasado 25 de diciembre, la Nasa puso en órbita el James Webb, que permitirá a los astrónomos ver el espacio con nuevos 'ojos' y acceder a rincones del universo hasta ahora inalcanzables. Se espera que llegue a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.

La comunidad científica aspira que el nuevo telescopio espacial, el más grande, costoso y potente de la historia, contribuya a arrojar luz sobre misterios de nuestro sistema solar y aclarar incógnitas sobre la estructura y el origen del universo.