Londres se convirtió en la primera ciudad del mundo en tener una piscina flotante entre dos edificios, con una estructura de 15 metros de longitud situada a 35 metros de altura.
La Sky Pool, diseñada por HAL Architects, se encuentra entre dos de los edificios de Embassy Gardens, destinados para residencias y oficinas y ubicados cerca de la embajada de Estados Unidos en la capital inglesa.
Esta piscina suspendida a 35 metros de altura y sujetada desde los extremos por los edificios contiene 148.000 litros de agua.
Su construcción consta de una sola pieza de acrílico que consigue un grosor de 35 centímetros, encajada entre los dos edificios y asegurada por un marco de acero que se encuentra en las esquinas de a piscina.
Además del peso del agua y las personas, la estructura fue diseñada para soportar las cargas de viento y el balanceo de los edificios.
Para esto, los arquitectos encargados del proyecto incluyeron un espacio de seguridad que le permite a la piscina mantenerse estable frente a eventuales movimientos de las torres.
Es decir que la piscina no está acoplada de forma rígida al edificio, algo similar a lo que ocurre con los puentes.
La fabricación se llevó a cabo en Colorado, Estados Unidos, y a partir de allí el traslado se hizo mediante un camión que la transportó hasta Texas y, posteriormente, mediante barcos.
Primero cruzó el Océano Atlántico hasta Países Bajos, y desde allí otro barco continuó la labor hasta Londres, ingresando por el río Támesis.
Finalmente, la llevaron hasta los edificios de Embassy Gardens, en donde una grúa de 750 toneladas se encargó de colocarla en la estructura.