Una placa de hormigón cayó desde el techo de un edificio de nueve pisos en la ciudad rusa de Vladivostok, impactando un automóvil estacionado frente a la entrada.

El hecho ocurrió en medio de intensos vientos y lluvias heladas, cuando el dueño del vehículo quitaba la nieve acumulada en el parabrisas. El hombre se salvó de ser aplastado apartándose en el último instante.

A pesar de haberse quedado sin vehículo, el automovilista pareció tomarse la situación con buen humor y fue fotografiado sonriendo y bebiendo una cerveza apoyado sobre el capó, según RT.