En conversación con el periodista Roberto Caferra ( Radiópolis, Radio 2), habló sobre el difícil camino que emprendió desde que entendió que lustrar botas y zapatos podría ser su única salida laboral. “Es más complicado de lo que pensaba tener acceso a estos lugares tradicionales. Me dicen “volvé”. Les gusta la idea pero como es algo audaz les cuesta dar el puntapié inicial”.
Así es. Hasta el momento, nadie le dio pie a la iniciativa de Perla. “Yo sería la primera lustra botas mujer de la ciudad”, destacó al tiempo que explicó las razones de esta inquietud: “Necesito trabajar, tengo 52 años y no reúno los requisitos laborales, o por la edad o por estar sobrecalificada”, dijo.
Luego, agregó en ese sentido: “Las personas con cierta juventud acumulada –ironizó– tenemos muchos inconvenientes para trabajar. Es muy duro. A mí se me ocurrió porque no existen mujeres en este oficio y hay que pensar que años atrás nunca hubiéramos pensado en tener mujeres colectiveras, mozas o periodistas”, observó.
Perla ha recorrido varios bares del centro ya que su idea es trabajar bajo techo: “Corro peligro en la calle, por la competencia, puedo ser agredida”, admitió dejando expuesta la conocida ley que gobierna el afuera, sobre todo cuando se trata de dinero. “No es mi intención molestar, ni ser una competencia desleal pero también tengo necesidad de trabajar”, sostuvo.
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