Sabrina Ferrarese/Rocío Baró

Sentarse a la mesa es cosa seria. Lo que se lleva a la boca y la forma en que se come están directamente relacionados al estado físico y emocional de las personas. A pesar de la “buena prensa” que tienen los productos saludables y la aparición de nuevos espacios gastronómicos que promueven platos livianos y nutritivos, la falta de tiempo, de costumbre y –por qué no– de algunos prejuicios, promueven la mala alimentación proporcionada por productos envasados y “listos” para consumir.

¿Se puede comer bien y rico sin que la economía hogareña quede “en el horno”? Rosario3.com consultó a un cocinero, al dueño de un restaurante “verde” y a una nutricionista, quienes le pusieron sabor a una problemática que atraviesa a todos. Aunque no hay una receta única, existen algunas cuestiones que, llevadas a la práctica, pueden convertir el comer en alimentarse.

¿Qué es lo más importante que hay que poner en la olla?. La nutricionista del Centro Médico Promad, María Laura Serrano, consideró necesario lograr un equilibrio entre los hidratos de carbono, las proteínas, las grasas y los nutrientes, de acuerdo a las condiciones personales, ya sea el sexo, el peso o la edad. Sin embargo, para todos, dio la misma recomendación: “Hay que ingerir carne, frutas y verduras en cantidad, tomar un litro y medio de agua cada día y evitar los hidratos de carbono”, indicó.

Parece sencillo pero no lo es. Además de sortear la tentación que rodea a la mayoría de los productos envasados– galletitas, palitos, chizitos, caramelos, gaseosas, por mencionar a algunos– y limitar su consumo a ocasiones especiales, cocinar rico y conseguir un plato nutritivo al mismo tiempo, es un verdadero trabajo.