Malcolm Myatt, un británico de 68 años, camionero jubilado, siempre tiene una sonrisa en los labios, pero en su caso, no puede evitarlo desde que sufrió un ictus en 2004.
A pura risa: un camionero inglés no puede parar de sonreír
Malcolm Myatt sufrió un trastorno de la circulación cerebral en 2004 y eso le "borró" la posibilidad de sentir tristeza. Desde entonces, es puro optimismo
Este trastorno brusco de la circulación cerebral, que altera la función de una determinada región del cerebro, le afectó la sensibilidad de la parte izquierda de su cuerpo, señala The Telegraph.
En concreto, Malcolm, conocido como Mr. Happy (Señor Feliz) por los medios ingleses, no es capaz de sentir tristeza porque en su cerebro, y en particular en el lóbulo frontal que controla las emociones, el impacto del ictus “borró” la posibilidad de sentir tristeza. Es más, su alegría es contagiosa, según cuentan.
A contramano de tamaña felicidad, Myatt debe convivir con algún que otro problema, como la dificultad para recordar situaciones que sucedieron a corto palzo.
“Yo nunca estoy deprimido. Estar triste no me habría ayudado a mejorar. Mi condición es una ventaja. El ictus podría haber sido mi peor enemigo, pero no lo permití”, confesó al diario británico.