Las autofotos se multiplican y reproducen en las redes sociales sin fin. La alternativa de tomarse una foto –incluso los teléfonos celulares y diversas aplicaciones la tienen contemplada entre sus herramientas–es elegida no sólo por personas solas sino por grupos, que aparecen muchas veces gesticulando y apretándose uno con otro para entrar en cuadro. Pero el círculo se cierra cuando esa imagen es “subida” a las redes sociales y se expone a la contemplación de los otros usuarios.
¿Qué sucede cuando esta conducta deja de ser una diversión o un entretenimiento para covertirse en una obsesión por dar a conocernos y obtener respuesta? En diálogo con el programa A Diario (Radio 2), el programa que conduce Alberto Lotuf, el psicólogo Sergio Gómez de la organización Decidir vivir mejor, confirmó que existe una compulsión por hacerse selfies en muchos usuarios: “Se trata de una patología, cuando comienza a ser una conducta compulsiva, cuando una persona no puede dejar de autoretratarse con el fin de subir esas fotos a las redes buscando aprobación, yendo por el “me gusta”, o comentarios positivos”, indicó.
“Esto llega a tal punto que vemos a muchas personas buscando esta aprobación, tomando fotos en situaciones en las que pone en riesgo su vida o puede generar algún accidente. Esta situación comienza a ser problemática, una conducta adicitiva, obsesiva y compulsiva. Esa persona no puede dejar de autorretratarse”, ahondó.
Según el especialista, “esta problemática tiene que ver con las nuevas tecnologías que surgen en esta época, es algo nuevo”.
De acuerdo a lo que señaló, existe un tratamiento para esta afección. “Se trata de trabajar con la persona para que aprenda a controlar los actos compulsivos, a tener el control del impulso y trabajar con la causa que tiene la problemática”, sostuvo.
“Muchas veces hay personalidades con baja autoestima, que intentan canalizar este sentimiento de inferioridad y con estas acciones lo único que hacen es reforzar la baja autoestima, necesitan cada vez subir más fotos para poder recibir la aprobación de seguidores”, advirtió. Y agregó en ese sentido: “Cuando la persona no recibe la cantidad de “me gusta” que esperaba, genera una frustración porque no recibe lo que buscaba y empieza así a tomar selfies más riesgosas para lograr ese objetivo y así se alimenta un círculo vicioso”.
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