Si bien la previa fue caliente, después de tres horas de “negociación franca” los dirigentes de las cuatro entidades del sector agropecuario se fueron conformes del encuentro con la presidenta Cristina Kirchner en la Casa Rosada. “Fue positiva, acordamos en que hay que pensar otra política agropecuaria”, dijo el titular de la Federación Agraria, Eduardo Buzzi.
En la reunión, el gobierno volvió a hacer saber que las retenciones móviles son inmodificables, pero Buzzi, que representa a pequeños y mediamos productores, se mostró conforme con los reintegros ya anunciados para ese segmento, si es que se encuentra un mecanismo para que se hagan con agilidad. Menos conciliador sobre este tema se mostró Mario Llambías, de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), que representa a productores con mayores extensiones de tierra. Igual, Llambías recibió con beneplácito que Cristina haya aceptado, según dijo, la necesidad de volcar parte de esos recursos para mejorar la infraestructura para el propio sector, como las rutas y los puertos, mientras que Buzzi reveló que se pidió que se coparticipen las retenciones.
Esos mecanismos y esa necesidad de una nueva política integral para el sector comenzarán a debatirse el lunes, cuando el jefe de Gabinete, Alberto Fernández –presente en la reunión y de ahora en más cabeza del equipo negociador del gobierno–, convoque a una nueva mesa de diálogo, en la que seguramente pasarán a ganar protagonismos los técnicos de mabos lados.
“Fue una negociación franca, en lugar de hablar a través de los medios. Desde Federación Agraria hablamos de por qué no constituir una moderna Junta Nacional de Granos y sancionar una ley de arrendamiento”, afirmó Buzzi.
Además, dijo que la presidenta propuso un “diálogo permanente, para discutir lo que haya que discutir”. La idea –dijo– es “avanzar con más producción, más valor agregado”.
También los representantes de CRA, Coninagro y Sociedad Rural se mostraron conformes con los resultados de la reunión aunque todos dejaron en claro que ahora hay que esperar que lo que parecen buenas intenciones se traduzcan en políticas concretas.
En ese sentido, Buzzi ratificó que se mantendrá la tregua de 30 días, pero aclaro que cumplido el plazo habrá que volver a analizar con los productores la situación para ver cómo los distintos temas vinculados al campo “evolucionan” y se “desmontan las cuestiones que llevaron a un conflicto general del sector, no sólo por lo impositivo”.
Tensión en la previa
Minutos antes de abrir las puertas de su despacho a los ruralistas, la presidenta volvió a ensayar una férrea defensa del sistema de retenciones. Fue durante un acto que encabezó en la Casa de Gobierno para anunciar un plan sanitario, justo antes de la cita con las entidades del campo.
Cuando promediaba su discurso, la presidenta hizo una descripción detallada de cómo se componen los ingresos del Estado y se detuvo en el aporte del sector agropecuario.
Afirmó que las retenciones ocupan el cuarto lugar entre los impuestos que más contribuyen a las arcas nacionales y que representan un 13 por ciento del total de lo que se recauda.
"De ese 13 por ciento, el 7, 9 por ciento proviene específicamente del sector agropecuario y de ese total sólo el 3,9 corresponde a los productores", especificó.
Enseguida, añadió: "Es bueno que los argentinos sepamos exactamente lo que cada uno aporta para el resto de los argentinos que no tienen la suerte de tener trabajo".
"Las mayores responsabilidades las tenemos frente a los que menos tienen”, enfatizó.