La medida de emergencia se realizó sin inconvenientes y se adoptó preventivamente ante la posible existencia de fuego en la nave, tras lo cual la pareja real continuó viaje en otro avión.
La princesa viajaba junto al príncipe de Holanda desde esta ciudad hacia Wellington, cuando el piloto de la aeronave decidió regresar tres minutos después de haber despegado, al percibir olor a humo en el avión, un Jetstream 32, que había sido alquilado especialmente.
El incidente ocurrió en el marco de un viaje oficial donde se conmemoran los 400 años de la llegada de un barco holandés con colonos anglosajones a las costas de esos países.
Máxima, quien está embarazada de cuatro meses, sufrió solamente un susto y pudo continuar viaje junto al príncipe sin alterar el recorrido previsto en su visita oficial.