Esa es la intención de Gonzalo Céspedes, lector de Rosario3.com, quien se comunicó a través del correo para denunciar a un falso inspector que dice pertenecer al Instituto del Alimento, organismo dependiente de la Secretaría de Salud de la Municipalidad de Rosario.
A través de su relato, Céspedes informó que este lunes se presentó en su comercio, ubicado en barrio Fisherton, un hombre que se identificó con una credencial del Instituto con el nombre de Carlos López.
“Inspeccionó y empezó a criticar supuestas fallas y cuando finalizó dijo que si queríamos evitar la clausura del local, debíamos pagarle una suma de 5000 pesos”, contó Céspedes, y dijo que como él sospechó de la autenticidad del agente, mientras sus padres trataban de retenerlo en el negocio, él llamó al Instituto del Alimento donde le respondieron que no hay ningún inspector con ese nombre y le indicaron que haga la denuncia policial.
Eso hizo el comerciante y se comunicó con la seccional 17ª de policía, cuyo personal se hizo presente en el local y detuvieron al estafador junto a un cómplice que lo esperaba afuera como chofer. Siempre de acuerdo al relato del denunciante, el falso inspector intentó destruir evidencias de la documentación que llevaba encima, cuando fue introducido en el patrullero y hasta ofreció 500 pesos a los policías para que lo soltaran.
Al parecer, en la comisaría felicitaron a Céspedes por su accionar y le dijeron que el falso veedor consiguió la tarjeta de identificación “a través de un contacto que su madre tiene con autoridades del Instituto del Alimento”.
“Ese dato no me consta", retrucó la directora de dicho Instituto, Susana Dueñas, a Rosario3.com. "Y esta persona ya está denunciada en la Justicia Penal por casos anteriores a éste que ahora se difunde”, agregó. La funcionaria afirmó reiteradas veces que “el tema se está investigando y que no es ella la encargada de decir qué sucedió, sino la Justicia. Nosotros queremos que se investigue hasta las últimas consecuencias” –afirmó con preocupación– y aseguró que “el imputado no pertenece al staff del Instituto”.
“A diario recibimos innumerables denuncias de distinta índole referidas a problemas higiénicos o sanitarios que a veces se corroboran, y otras resultan falsas –advirtió Dueñas–; pero ante casos como éste, lo que se aconseja a los comerciantes es que nos llamen para comprobar si se trata de una auditoría nuestra”.
El dueño de un comercio sometido a inspección, tiene derecho a llamar al Instituto (480-4886/7) cada vez que dude de la legitimidad de la auditoría o de la persona que la realiza; y en todos los casos, debe exigir la exhibición de la credencial y la copia del acta labrada donde se detallan las supuestas infracciones cometidas por el comerciante.
Además, la directora precisó que “jamás un inspector esta autorizado para cobrar multas en el momento de la infracción. El auditor debe controlar y en caso de verificar alguna irregularidad, debe labrar el acta respectiva, que luego es derivada al Tribunal Municipal de Faltas quien dictamina por último, la multa de acuerdo al tipo de infracción".