Amamantar es la mejor manera de asegurar una excelente salud física y emocional para el bebé recién nacido y su mamá. Pero algunas veces, afirma la licenciada Adriana Penerini, la mala orientación, el dolor, la ansiedad o la falta de apoyo (práctico o psicológico) pueden provocar el fracaso y desembocar en la alimentación artificial como única salida.

Es necesario tener en cuenta que la leche no baja en el primer instante y que la fluidez en las mamadas no va a darse, en muchos casos, hasta pasados los primeros quince días o más, e inclusive muchas veces este proceso se acompaña de dolor, turgencia en todo el pecho y algunas lineas de fiebre.

- Aplicar paños húmedos tibios sobre la parte superior de los senos antes de cada mamada. Puede ser también una bolsa con gel térmico que se adquiere en las farmacias.

- Poner de igual modo pero entre mamadas, paños fríos o el mismo gel para bajar la temperatura.

- Extraer manualmente gotas de leche para mojar el pezón antes de poner el bebe al pecho.