Sin nada que cubra sus formas angulosas cubiertas por una piel seca  y surcada por huesos. Así se la puede ver a una mujer anoréxica, desnuda y en los ojos de los italianos y del mundo. El debate sobre la anorexia ha dado un golpe certero, de honda sensibilización a través de una herramienta casi perfecta: la publicidad.