Por ende, luce en vano el hecho de que el comienzo del cruce entre canallas y sabaleros haya quedado establecido para las 20.15. Quizás al momento del arribo de ambas parcialidades al estadio, los 700 agentes que se encargarán de mantener el orden (el mismo número que en un Central-Boca) contarán con el “apoyo” de la luz natural; pero una vez que los miles de simpatizantes abandonen la mole de cemento auriazul, cerca de las 22, lo harán tan de noche como si se hubiera respetado el horario primario. En fin, nada que sorprenda en un fútbol acostumbrado a los desaguisados y la incompetencia dirigenciales.
Al margen de esta cuestión, el plantel de Leonardo Madelón sigue preparándose para este cruce tildado de “final” ante los dirigidos por Leonardo Astrada. Este martes por la mañana, Central ensayó en el predio Palos Verdes, en una práctica dividida en dos etapas: la primera física, y la segunda de índole táctica. Justamente allí es donde se buscaron algunos signos que permitieran determinar cuál será la formación que arrancará ante los santafesinos. Y los mismos alimentaron las especulaciones elaboradas desde el momento en que se confirmó la lesión de Messera (ruptura fibrilar, 15 días afuera): que Borzani ingresará por él, y que Ribonetto entrará por Fassi.
En el entrenamiento mencionado Lucas Moya actuó para los titulares en lugar de Kily González, quien arrastra un traumatismo en el gemelo de la pierna derecha con hematoma incluido, pero igualmente el zurdo llegará en óptimas condiciones al choque con el rojinegro. Por lo tanto, y si bien habrá que aguardar la práctica de fútbol formal de este miércoles a las 19 en el Gigante, las únicas modificaciones serán las ya citadas y el resto será el mismo que comenzó el último juego ante Huracán.