La primera indicación es comprar los anteojos en lugares habilitados para tal fin. “Uno compra un anteojo en un lugar seguro sólo si lo compra en una óptica”, indicó a Rosario3.com el presidente de la Cámara de Ópticas y Afines de Rosario, Alejandro Trini.
Lugares como kioscos, estaciones de servicios, comercios de ropa, farmacias, minimercados o puestos callejeros no están habilitados por el Ministerio de Salud para la venta de gafas de sol. “Además, no tienen idea del procedimiento para averiguar si tal producto está autorizado para la venta. Y encima no cuenta con personal capacitado para el cuidado de la vista”, remarcó Trini.
El profesional también señaló que algunos anteojos no autorizados pueden tener un adhesivo que certifica la presencia de filtro de rayos ultravioletas, “pero no se puede saber si eso es cierto”.
Y si el cristal no tiene protector, no sólo no brinda un beneficio sino que causa un daño mayor en los ojos. “Al ser al ser oscuros, los lentes hacen que la pupila se dilate (para mayor entrada de luz), y si no tienen filtros es peor porque es mayor la entrada de rayos”, que facilitan problemas como cataratas u otras alteraciones visuales.
La Cámara de Ópticas combate, junto al Colegio de Ópticos provincial, diariamente la venta ilegal de estos productos denunciando a quienes los comercializan. Sin embargo, mientras a nivel nacional se estima que el 70 por ciento de los anteojos para sol se vende en lugares no habilitados, en Rosario esa cifra es mucho menor.
Si bien no hay datos exactos, Trini asegura que en la ciudad “se trabaja bastante bien” en los operativos de decomiso de mercadería clandestina, aunque advierten que “con la llegada del verano, seguramente aparecerán” algunos nuevos lugares que incorporen anteojos de mala calidad entre su mercadería.