Durante mucho tiempo, Rosario le dio su espalda al río. Las bondades y la belleza natural del Paraná y sus islas fueron fueron ignoradas por los locales durante mucho tiempo. Poco a poca esa situación comenzó a revertirse y no son pocos los que hoy destacan la belleza que se puede admirar a lo largo toda la costa de la ciudad y de sus islas, hacia donde miles de ciudadanos se volcaron masivamente en los últimos veranos. Pero parece que esta tendencia, lamentablemente, se puede revertir este año.