Apenas el caso llegó a los medios tuvo una repercusión impresionante. Es que algunos elementos de la historia la convertían en el perfecto culebrón. Una mujer embarazada había desaparecido en Santiago del Estero y su único rastro era un mensajito de texto en el que anunciaba que había dado a luz en cautiverio. Sus familiares incluso hablaron angustiados ante las cámaras pidiendo a sus captores, quienes pedían una importante suma de dinero, que la liberaran sin hacerle daño.