Todo ocurrió en Teniente Agnetta al 1900. Tres pibes ingresaron al pasillo donde vive la familia, que estaba abierta, y luego al patio de la casa, de donde se llevaron la silla.
Una vecina que los vio dijo que eran tres chicos muy jóvenes y que se fueron corriendo sin que nadie pudiera darles alcance.
La silla se ruedas se la había provisto Cilsa después de años de gestiones y trámites. Este mediodía la institución pudo reponerla. Sin embargo, horas después, y tal vez conmovido por las angustiosas imágenes de la madre de Marianela entre lágrimas, alguien dejó la silla robada.