“La educación inclusiva supone estrategias no homogéneas. En nuestro país, los mejores recursos y las mejores escuelas atienden a los menos cadenciados. Los chicos pobres, los que viven en las zonas rurales y los que tienen necesidades especiales, son los más afectados por la deserción y la repitencia, aprenden y saben menos, porque no tienen los recursos mínimos”, advirtió Gvirtz.
La experta explicó que “la desigualdad es uno de los principales problemas de las educación argentina y de toda Latinoamérica”. Y se mostró preocupada por las dificultades de cumplimiento de la nueva ley de educación: “ya sabemos que para 2010 no llegaremos con la implementación de la jornada completa en el 30% de las escuelas”.
A la vez, Gvirtz remarcó que “debe mejorarse” la formación de quienes capacitan y enseñan a los docentes. “No se puede enseñar bien sin lo mínimo necesario para hacerlo”, concluyó.
Fuente: Clarín