“Me desapareció una obra y me ofrecieron mil dólares a cambio, pero con la condición de que no cuente lo que pasó”, asegura Fernando Traverso, artista plástico local. Traverso es el autor de la obra que inundó la ciudad con trescientas cincuenta bicicletas pintadas en las esquinas y que ahora denuncia que un mural con cada una de las fotos de esas intervenciones nunca volvió a su poder tras participar de una muestra de la firma Chandon que fue coordinada desde la ciudad por el museo de Bellas Artes Juan B. Castagnino.