La nueva central, que reemplaza al tradicional 101 –todavía se puede seguir usando ese número– y que en la ciudad de Santa Fe funciona desde comienzos de mayo, “se irá puliendo y mejorando con el tiempo”. El funcionario destacó que desde el momento en que “el despachante pasa el llamado al operador policial y el patrullero policial llega a al lugar del hecho pasan, como promedio, cinco minutos”.
De acuerdo a lo destacado por Iparraguirre “el 911 permite que la policía llegue en el menor tiempo posible”. En esta etapa primaria, cada móvil policial tiene un GPS (sistema de posicionamiento global), que permite ubicarlo con el uso de satélites. Así, los operadores pueden localizar a los móviles más cercanos al denunciante a través de una pantalla.
Otro aspecto que rescató fue el de “la información que queda registrada y que permite optimizar el patrullaje” ya que este nuevo sistema permite a la policía contar con estadísticas y de esta forma mejorar el control policial en las calles, así como sus recursos humanos.
El subsecretario de Seguridad provincial rescató el hecho de que “Rosario ya tenía un muy buen funcionamiento del Comando Radioeléctrico y lo que se incorpora mejora el tiempo de recepción. Ya tenían GPS los patrulleros, por lo que el despachante observa al mismo tiempo que recibe el llamado y puede derivarlo al vehículo más cercano”.
En cambio, observó, en Santa Fe “fue mucho más difícil porque cuando llegamos sólo tenían dos aparatos telefónicos y 7 patrulleros”. Pero precisó: “Ahora ya tienen 6 operadores y 50 vehículos con GPS”.
El 911, durante los próximos seis meses, se centralizará en lo policial. Pero se espera que la central concentre la atención de todo tipo de llamados de emergencias y que reemplace los servicios gratuitos actuales de los bomberos, Defensa Civil, y de emergencias náutica y médica. Al respecto, Iparraguirre indicó que en los próximos seis meses se llamará a una licitación pública para explotar estos nuevos servicios.