Todo arrancó durante una discusión en medio de la calle, entre dos conductores un día de mucho tráfico. Un puñal acabó con la vida de un hombre, pero la policía no tenía más pruebas porque el asesino huyó tras el asesinato. Lo bueno fue que, en el apuro de la huida, el responsable del crimen perdió sus lentes de sol, que según la policía ahora pueden ser la prueba definitiva.