¿Quién no comió en una noche de fiesta lo que no deglutió en tres días? ¿Quién ante un banquete no se metió en la boca platillos dulces y salados sin discriminar? ¿Quién no se agarró el atracón del año después de una temporada de dieta? El que no haya atravesado ninunga de estas situaciones que arroje la primera piedra.

Según las estadísticas, el dos por ciento de los adultos, y preferentemente las mujeres, están expuestos a la problemática conocida cietíficamente como BED (Binge Eating Disorder) o Transtorno por Atracón Compulsivo.

Según contó a Radio 2 Mónica Katz, médica especialista en nutrición, "el BED forma parte del manual de enfermedades psiquiátricas". "Se trata de un desorden compulsivo alimentario, o atracones, y los que tienen este problema viven de atracones", dijo Katz.

Para la especialista la escena del atracón es bien diferente a la de una comida abundante que puede ocurrir en una fiesta eventual o en un asado de fin de semana. "Se trata de la ingesta de una gran cantidad de comida en un corto lapso de tiempo, es decir, unas pocas horas", explicó la nutricionista.

Es decir, que quien se come una pizza entera, un kilo de helado, medio paquete de pan lactal untado con manteca cae de lleno en la categoría del que come compulsivamente y por atracón.