Pedro Robledo
Pese al clima poco amable, tórrido,que pintaba la noche, más de mil personas cubrieron todos los espacios, los comunes y también los vips. En la previa, Lucas Canalda ofreció su performance de warm up mientras el público iba ingresando y colmando el salón.
Babasónicos ya tiene una historia de más de 20 años en la escena del rock argentino. Eso explica que parte de su convocatoria incluya público adulto. Sin embargo, la mayoría de sus seguidores son veinteañeros, fundamentado en que la estética de la banda sorprende y se actualiza permanentemente.
El show del sábado en Club Brown, el magnífico nuevo espacio para conciertos que tiene Rosario, no fue más allá de un repaso de hits. Era lo que el espectador fue a buscar y el grupo cumplió con esa expectativa.
"Y qué", del disco "Infame" (2003), presagió con qué idea asistieron unos y otros: recorrer los clásicos y disfrutarlos juntos.
La versión de "Pulpito" (de "A propósito"-2011), mostró un sonido más tecno que la original y habilitó el lucimiento de la puesta de luces, elemento que en estos tiempos juega un rol relevante en este tipo de propuestas.
Siempre inquietantes, movilizadoras de conciencias, muchas de las letras emiten un juicio a la hipocrecía de las sociedades modernas, aunque el tono romántico de algunas hace más suave las críticas.
El perfil bajo y la sobriedad de los instrumentistas de la banda, contrasta con la movilidad de Dárgelos, que en todo momento se muestra provocador y, hasta donde puede, intenta acercarse y comunicarse.
Para el disfrute de los nostálgicos de las primeras épocas, reunieron "El colmo" y "El ídolo", dos temas que generaron sentimientos de pertenencia a la historia de Babasónicos.
En "Puesto" y "Carismático" , la propuesta es rendirle un cómplice culto a la inmediatez, otra de las ideas básicas que han sostenido desde los comienzos.
El viaje sonoro de Babasónicos ha tocado estaciones vinculadas al rap, el funk, la psicodelia, el hip hop, entre otros.
En este show, del pop y la balada, pasando por la música disco, llegaron incluso al rock más duro con el crudo texto de
"Pendejo" (del disco "Jessico"-2001), dejando claro que cuentan con una sólida formación musical que les permite abordar todos estos géneros.
Después de "Putita" (título censurado en México, allá rebautizado "Ya sé"), otro hallazgo melódico, regalaron "Yegua" y, abruptamente, anunciaron la despedida, habiendo transcurrido apenas una hora de show.
Ese "chau", sin discurso previo ni posterior, sonó a una invitación a una pausa para luego volver con todo.
El público ni pedía, ni reclamaba, no era necesario, los códigos entre banda y fans están bien firmes y consolidados.
Apenas tres bises, incluyendo "Microdancing" e "Irresponsable", fueron el corolario de un concierto breve, con buen sonido y buenas canciones que calman la ansiedad, a la espera del nuevo disco, ya en proceso de grabación. La nueva placa, a editarse este año, sucederá a "Carolo" (disco doble del 2012) y a "Babasónicos vs El público" (EP de 2013)
La fiesta continuó en la madrugada. El Club se transformó en una gigantesca pista de baile, con el aporte profesional del Dj Leandro Fresco mezclando sonidos electrónicos.