Hoy reposa en Rosario sus largos pies, esos que le valieron el mote de Patón. Tiene un tiempo de descanso, y lo disfruta con la tranquilidad del deber cumplido. Es que Edgardo Bauza está terminando el mejor año de su carrera como entrenador luego de llevar a la Liga Deportiva Univesitaria de Quito a lo más alto de América, y a pelear mano a mano con los mejores del mundo en Japón. En ese clima de calma, la pregunta es inevitable, pero su respuesta muy concreta: hoy no vendría a dirigir a Central.

El DT, que acaba de desvincularse del equipo ecuatoriano, pasó por los estudios de Canal 3 y en el programa De 12 a 14, además de repasar un exitoso 2008, se encargó de aclarar que actualmente “los caminos –el suyo y el del club de Arroyito– están lejos”.

Consultado por Miguel Tessandori si, en caso de que le pongan adelante un contrato para asumir en el Canalla, lo firmaría, Bauza aseguró: “Ahora no aceptaría. Primero, porque hay un técnico responsable que está trabajando muy bien. Y segundo, porque los caminos están lejos”.

No obstante, el Patón tiene los mejores deseos para su querido club. “Espero que elija buenos refuerzos y que pueda hacer una buena pretemporada. Hoy, la situación lo obliga a hacer una buena campaña –por el pobre promedio–, así que estaremos haciendo fuerza para que gane”, expresó.

El entrenador analizó también su brillante paso por la Liga. “Ha sido un año maravilloso, desde todo punto de vista”, opinó. Y sobre la chance de poder jugar la Copa Intercontinental en Japón, señaló: “Fue una experiencia única, que valió la pena. Por eso rechacé todas las ofertas que tenía; quería quería vivir esto. Uno nunca sabe si va a poder volver”.

Su equipo, campeón a mitad de año de la Libertadores, no pudo en diciembre con el Manchester United inglés en la final del campeonato mundial de clubes, aunque ese resultado no opacó la campaña de los ecuatorianos en 2008.

Sobre el hecho de concientizar a sus jugadores que podían ser los mejores de América, por sobre argentinos y brasileños, el Patón contó: “Hay que luchar contra la historia, que juega un papel importante. Ecuador nunca había ganado la Libertadores y había que demostrar que podíamos estar a la altura de cualquiera. Había seis o siete jugadores de selección. Entonces teníamos que romper el miedo escénico”, indicó.

Claro que entre los jugadores locales, en el plantel de la Liga había tres argentinos que fueron clave en el proceso: Norberto Araujo, Claudio Bieler y el rosarino Damián Manso. Para el DT, tuvieron “un aporte esencial”.

“A la hora de sumar a Manso al equipo no dudé un instante porque yo lo conocía. Tenía bastantes problemas por lesiones o falta de continuidad en los equipos que venía de jugar, así que lo primero fue ponerlo bien físicamente. Después, le dimos la responsabilidad, y él la asumió, de ser el conductor del equipo. Hizo un gran sacrificio. Nosotros sólo le dimos la confianza, el talento lo tiene”, expresó.

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