A partir de lo que publica un estudio del Instituto de Neurociencias de la Universidad Autónoma de Barcelona (INc-UAB), se puede decir que masajear y acariciar a los bebés, los protege neurológicamente de adultos.

La investigación ha concluido también que la estimulación sensorial mejora el daño cerebral perinatal en ratones. El proyecto, con ratones modelos de neonatos prematuros, ha demostrado que una misma lesión cerebral perinatal por hipoxia e isquemia tiene efectos diferentes en cada sexo, pero que pueden ser mejorados por la estimulación táctil y propioceptiva -capacidad para sentir la posición de los músculos-.

"Sabemos que el cerebro inmaduro de los niños prematuros, equivalente al de los ratones cuando nacen, está en mayor riesgo de daño hipóxico-isquémico, y los bebés de sexo masculino son más susceptibles y responden menos a intervenciones protectoras o terapéuticas", explica Mireia Recasens, coautora del estudio.

La estimulación sensorial se aplicó desde antes de sufrir la lesión hasta el final de la infancia, un período equivalente a bebés prematuros nacidos a los siete meses del embarazo hasta los dos años. La manipulación consistió en acariciarles y masajearles de manera táctil y propioceptiva tres veces durante ocho minutos, dos veces al día. 

Según figura en 20minutos y tal como se publica en la revista Frontiers of Behavioral Neuroscience, la protección neurológica en ambos sexos se correlacionó con mejoras en las capacidades funcionales, a nivel de reflejos, y permitió mejorar los resultados de memoria.