Una enfermedad congénita provocó que un bebé estadounidense  desarrollara parte de su cerebro  fuera de la cabeza. Y pese al diagnóstico temprano, sus padres –Dustin y Sierra Yoder– se negaron a interrumpir el embarazo. Cuando Bentley Yoder nació, el pesimismo reinó en torno a sus posibilidades de vida, informa el portal Stat News.

"El bebe es incompatible con la vida", dijeron los doctores a la semana 22 de gestación cuando le informaron a los padres que el pequeño padecía encefaloce, una dolencia que consiste en un divertículo del tejido cerebral y de las meninges que sale del cráneo y hace que se desarrolle por fuera.

Generalmente, provoca la muerte a las pocas horas del nacimiento. Sin embargo, el pequeño sobrevivió.

Durante sus primeros meses de viuda, los médicos evaluaron cómo podían volver a meter esa parte del cerebro en la cabeza del niño sin poner en riesgo su vida.

Finalmente, Bentley fue intervenido por el doctor John Meara, del Hospital Infantil de Boston, que ya había realizado cirugías similares en otras ocasiones.

La operación quirúrgica consistió en hacer más grande la cabeza y luego cerrar el orificio con tejido.

La cirugía, realizada el 24 de mayo fue un éxito, aunque tuvieron que hacerle dos operaciones más de seguimiento para ponerle una especie de sonda que pudiera drenar el fluido. Ahora el bebe debe comenzar terapia física.

Se desconoce si le quedarán secuelas pero en la mayoría de los casos los sobrevivientes padecen retrasos en el crecimiento o en la visión.

La operación de Bentley