El estatuto autonómico del departamento (provincia) Santa Cruz, desconocido por "ilegal" por el gobierno de Bolivia, fue aprobado este domingo por más de 80 por ciento de los votantes, según las primeras boca de urna, y un nivel de ausentismo que rondó el 40 por ciento, en una jornada con enfrentamientos que dejaron un muerto y casi 40 heridos.

Distintas encuestas de boca de urna difundidas por la televisión privada boliviana hablaban de un triunfo del "Sí" al estatuto autonómico de entre 82 y 85 por ciento de los votos, mientras el "No" sumaba entre 15 y 18.

Pero el nivel de abstención electoral, que fue de casi 40 por ciento, y más acentuado en el interior del departamento, según los primeros datos, fue el más alto conocido en la región, donde el plebiscito por la autonomía del 2 de julio de 2006 triunfó con 71,1 por ciento de los votos y un ausentismo de sólo 17 por ciento.

El secretario de Autonomías de la prefectura (gobernación) cruceña, Carlos Dabdoud, restó importancia al nivel de abstencionismo "porque tradicionalmente llegó a 30 por ciento", dijo en virtual respuesta a los simpatizantes del gobierno del presidente Evo Morales que impulsaron la abstención en rechazo a la consulta.

Al contrario, Morales fue categórico al afirmar el domingo por la noche que el referendo sobre el estatuto autonómico de Santa Cruz "ha fracasado rotundamente" y reiteró que fue una consulta "ilegal e inconstitucional".

Morales dirigió por la noche un mensaje televisado a la población en el que sostuvo que en el referendo "sólo ha habido violencia y enfrentamiento", y añadió que "entre la abstención, de 39 por ciento, los votos por el no y los votos nulos, hacen prácticamente 50 por ciento" de rechazo a la autonomía cruceña. Sobre esta cuenta en torno de una elección que no fue fiscalizada por ningún organismo internacional, girarán las discusiones de las próximas horas y días.

En la plaza central 24 de Septiembre de la ciudad de Santa Cruz, frente al palacio prefectural, centenares de cruceños festejaban el triunfo de la autonomía junto a conjuntos musicales, mientras el ministro de Gobierno nacional, Alfredo Rada, calificaba a la jornada como un "fracaso", por la violencia y las divisiones provocadas en la población de esta provincia.

Durante la jornada se produjeron enfrentamientos entre simpatizantes del Movimiento al Socialismo (MAS) -en el gobierno nacional- y de la derechista Unión Juvenil Cruceñista (UJC), sobre todo en la populosa región del sur de la ciudad, el distrito Plan 3000, que dejaron un saldo impreciso de un muerto, Benjamín Ticona, de 68 años, y decenas de heridos.

Otros disturbios también dejaron heridos en San Julián y Montero, la localidad de mayor desarrollo agroindustrial del interior del departamento que tuvo además el mayor nivel de abstencionismo, 63 por ciento, según los primeros datos extraoficiales.

Luego de votar por la mañana en el Santa Cruz Cooperative School, del exclusivo barrio Las Palmas, el hacendado, empresario aceitero y presidente del Comité Cívico, Branko Marinkovic, exhortó a "esperar que terminen todos los referendos de los departamentos para dialogar con el gobierno, porque no vamos a desmovilizar a Tarija, Beni y Pando".

De este modo, dejó claro que no se sentará a dialogar con Morales hasta después del 22 de junio, cuando se realizará el último referendo en el rico oriente boliviano, tras el cual espera acumular importantes victorias para dialogar desde posiciones de fuerza con el gobierno central.

Por su parte, en el mensaje de la noche Morales convocó a todos los prefectos a que "desde mañana trabajemos por una verdadera autonomía, basada en la nueva constitución del Estado boliviano" y agregó que "esperamos que mi llamado sea escuchado por los prefectos para garantizar una autonomía para los pueblos y no para los grupos".

A primera hora de la mañana, tras salir de la catedral cruceña, el prefecto Rubén Costas afirmó que "este proceso autonómico ya es irreversible" y que "seguramente habrá algunos problemas menores, pero no empañarán esta jornada histórica".

Dabdoud, presidente de la Confederación de Empresarios de Bolivia, fue más allá y dijo que "este es un proceso liberador y revolucionario en democracia contra los estados unitarios, que impactará en toda América latina".

También en la plaza central de Santa Cruz, el presidente del Senado boliviano, del opositor partido Poder Democrático y Social (Podemos), Oscar Ortiz, afirmó a Télam que "hay que redactar una nueva constitución", en respuesta a la propuesta del gobierno de "flexibilizar" la nueva constitución aprobada por la Constituyente pero aún pendiente de aprobación en referendo y llevar a consulta los puntos en que no se logre acuerdos. "Hay que redactar una nueva constitución porque no podemos llevar a referendo los textos que redactaron sólo ellos", enfatizó.