El responsable de esta última institución, Félix Trujillo, explicó que por el verano en el Hemisferio Sur, los rayos solares llegan con más fuerza y de manera directa a regiones como el altiplano boliviano, por lo que las personas no deben “confiar solamente en la protección que ofrecen los bloqueadores y deben usar también ropa protegida y estar a la sombra”.
Detalló que los RUV del tipo B son los más peligros, pues no siempre son filtrados por la capa de ozono, y cuando la traspasan es posible que causen daño biológico. También pueden causar de forma inmediata el enrojecimiento de la piel, escozor y enceguecimiento momentáneo por el exceso de blancos o el excesivo brillo de cosas metálicas.
Para prevenir las consecuencias de esos rayos, el experto dijo que en La Paz y el altiplano, las personas no deben exponerse al sol, entre las 10.00 y las 15.00, más de ocho minutos; en Cochabamba y los valles, nueve minutos; y en Santa Cruz y los llanos, no más de 12 minutos.
Para medir la intensidad de los RUV-B se utiliza una escala de uno al 11: uno al dos (baja intensidad), tres a cuatro (moderada), cinco, seis, siete (alta), ocho, nueve y 10 (muy alta) y 11 (extrema).
En el territorio boliviano, sobre todo el altiplano, ya se registraron valores de entre cinco y siete. El altiplano y las ciudades de La Paz y El Alto son las más expuestas; Esto se debe a que los rayos del sol, en esta parte del mundo, caen casi de forma perpendicular, y porque este pedazo del planeta está a altitudes superiores a los 3.600 metros sobre el nivel del mar.
Sin embargo, las cosas ahora empeoraron porque es verano, porque las últimas lluvias limpiaron el cielo y porque el adelgazamiento de la capa de ozono está pasando su factura a los humanos.
Fuente: Telam