Una multitudinaria concentración exigió este viernes en la ciudad boliviana de Cochabamba la renuncia del prefecto de este distrito, Manfred Reyes Villa, mientras el presidente del país, Evo Morales, pidió que no se desate más violencia tras los dos muertos del jueves pertenecientes a grupos enfrentados en la región.

La multitud abarrotó la plaza principal de la capital cochabambina, en el centro del país, durante la celebración de un cabildo popular con la participación de diversos sindicatos, entre ellos los campesinos y los cocaleros afines a Morales.

En el acto, transmitido en directo por el canal estatal, el secretario ejecutivo de la Central Obrera Departamental (COD), Víctor Mitma, dijo que con los sindicatos se acordó que "la "movilización no va detenerse en Cochabamba" hasta conseguir la renuncia del "asesino Reyes Villa".

Los sindicatos reclaman desde hace varios días la dimisión del prefecto (gobernador) por su intención de convocar un nuevo referendo sobre autonomía, pese a que ya se realizó otro hace siete meses en el que la población cochabambina rechazó mayoritariamente aplicar ese sistema político en la región.

Las protestas derivaron el jueves en un violento enfrentamiento en las calles de Cochabamba entre los sindicatos afines a Morales y los seguidores de Reyes Villa en el que murieron dos personas, un productor de coca por herida de bala y un joven estrangulado que era simpatizante del gobernador. Además, según los medios locales, los hospitales registraron en Cochabamba entre 130 y 200 heridos.

Mitma propuso levantar el bloqueo de rutas que aisla a la capital cochabambina desde el martes, pero fue abucheado por una parte de la multitud cuando expuso esa iniciativa.