Violentas protestas contra el gobierno de Evo Morales dejaron este jueves al menos diez muertos y generaron nuevos cortes en el suministro de gas a la Argentina y Brasil. En este marco, no se descarta la posibilidad de que se declare en ese país el estado de sitio.

Fueron varios los gobiernos latinoamericanos, entre ellos el argentino, que pidieron paz en la región y salieron a apoyar a Morales. Por su parte, el presidente venezolano, Hugo Chávez, advirtió que está dispuesto a intervenir en Bolivia si su aliado es derrocado.

Morales expulsó esta semana al embajador norteamericano en Bolivia y lo acusó de promover la división interna del país. En respuesta, el representante boliviano ante la Casa Blanca recibió igual trato. En este marco, Chávez también expulsó al embajador norteamericano en Caracas.

Las protestas dejaron 10 muertos en el municipio norteño de El Porvenir, a 35 kilómetros de Cobija, la capital del departamento opositor de Pando, cuando un grupo afín al gobierno llegó desde el departamento de Beni, también en manos de la oposición, y se enfrentó con los rebeldes. Hubo saqueos y ocupación de oficinas públicas, también tomaron aeropuertos y varias instalaciones gasíferas.

En cuatro de estos cinco departamentos, los opositores, que acusan al mandatario indígena de pretender convertir a Bolivia en una nueva Cuba, han aprobado estatutos autonómicos de corte liberal para obstaculizar la aprobación de la Constitución de Morales.