Al parecer, las costumbres de fin de año se han convertido en prácticas cotidianas. No, no se trata de las garrapiñadas y las nueces que se venden todo el calendario sino del uso excesivo de los fuegos artificiales que, de un tiempo a esta parte, forman parte de cualquier fiesta.

La mayor frecuencia de esta modalidad de celebración ha despertado, según indica el concejal arista Carlos Comi, gran molestia en vecinos, especialmente, aquellos que viven cerca de salones de fiesta de la zona norte de Rosario. Teniendo en cuenta este ánimo, el edil decidió elaborar un proyecto “para limitar el uso de los fuegos artificiales que producen grandes explosiones en el horario comprendido desde las 23 hasta las 8, salvo en los casos en los que cuenten con autorización especial”.

En un comunicado, Comi informó que el Concejo evalúa actualmente esta iniciativa y criticó la postura del bloque socialista que se niega a limitar el uso de fuegos artificiales desde las 23 y propone hacerlo desde las 2 de la madrugada ignorando de esta manera que el legítimo derecho al festejo y diversión de algunos debe corresponderse con el derecho al descanso de otros.