¿Qué mejor plan para un domingo nublado que tomarse un cafecito por ahí? Andrea tuvo esa brillante idea y decidió sentarse en una de las tantas mesas que enmarcan el patio de comidas del shopping Alto Rosario, para disfrutar de un rato de tranquilidad.
Le pidió a la moza un café y en minutos, la mujer volvió con un vasito de telgopor. Andrea le cuestionó el material del pocillo a lo que la empleada respondió que no daban tazas de porcelana o losa porque los clientes se las robaban.
Sin embargo, la mayor sorpresa vino después. “Nos dijo que si queríamos tomar en losa teníamos que dejar un depósito, no sabía de cuánto porque nos fuimos, le dije que de ninguna manera íbamos a dejar un depósito para tomar un café”, relató Andrea, que estaba acompañada.
Así fue como decidieron irse de ese bar y sentarse en otro, donde sí le sirvieron el café en una tacita hecha y derecha y sólo a cambio del costo del café indicado en la carta.