Los cambios culturales no sólo afectan la vida, también modifican la muerte. Tal es así que pese a que el mundo occidental impone el rito del velorio y la sepultura, en la actualidad aparecen otras tendencias a la hora de despedir a un familiar que muere. Resolver la inhumación de un modo más sencillo empuja a la gente a cremar a sus parientes. Reducirlos a ceniza cuesta en forma pública entre 180 y 200 pesos en la ciudad de Rosario.