Una mujer de 24 años decidió cambiar los muebles de su casa. Con la suma de 3.700 pesos la chica se compró en una mueblería de la zona sur de la ciudad seis sillas, una mesa ratona, un juego de living, una cama, entre otros mobiliarios.

La mujer pagó en efectivo por la compra y acordó con los encargados del local el envío en un flete contactado por la mueblería.

Como la entrega se demoró la mujer llamó al negocio luego de dos horas para hacer el reclamo y aunque desde el local aseguraron que hacía tiempo el fletero había salido junto a un empleado, el envío de la mercadería no había llegado.

En tanto, desde la mueblería llamaron al conductor del flete quien aseguró que en la misma cuadra donde vivía la mujer un hombre robusto solicitó que bajaran los muebles en una vivienda. Según fuentes policiales, el vecino les habría dicho que debían dejar los muebles en ese lugar.

Tras un operativo la subcomisaria 21ª se apersonó en la vivienda y no encontró ni los muebles ni al hombre sospechoso de robarlos por lo que detuvo a una mujer que estaba en la casa. La detenida pertenece a la comunidad gitana y tenia 29 años.