Claudia Bonato
Luego de conocerse la decisión de la actriz estadounidense Angelina Jolie de practicarse una doble mastectomía porque tiene un gen defectuoso que eleva a 87% las posibilidades de desarrollar cáncer de mama y 50% de padecer cáncer de ovarios, se disparó un debate en torno al tema. Los especialistas evaluaron las características particulares del caso y aclararon que se trata de una situación excepcional que comprende a un porcentaje mínimo de pacientes con esa enfermedad.
El día que The New York Times publicó el artículo escrito por Angelia Jolie, titulado “Mi opción médica”, los medios de comunicación de todo el mundo se ocuparon de esa sorprendente decisión y muchos adelantaron juicios de valor sobre la determinación de la actriz.
En las redes sociales, hubo quienes la tildaron de “loca, exagerada o paranoica”, y otros, como el embajador argentino en Chile y ex ministro de Salud, Ginés González García, que tuiteó que "la mastectomía de Jolie está más cerca del marketing que de cualquier prevención. Con ese criterio –agregó– amputemos el cuerpo para no tener enfermedades".
Sin embargo, con el transcurso de las horas empezaron a conocerse algunos datos que ayudaron a entender los motivos de esa difícil decisión, independientemente de si se la comparte o no.
Consultada por Rosario3.com, la doctora Guadalupe Pallotta, miembro del Comité Científico de la Asociación Argentina de Oncología Clínica, remarcó desde el comienzo que el caso de Jolie se encuadra en un tipo de enfermedad genética que no se da en la mayoría de los cánceres de mama.
“Según se determinó genéticamente, Jolie porta el gen conocido como BRCA1, que heredó de su madre (fallecida a causa del cáncer de mama) lo cual determina una elevada posibilidad (87%) de que ella desarrolle la misma enfermedad. Esa razón la llevó a comportarse de manera proactiva y a planificar, junto con su médico, una mastectomía bilateral que reduzca esa probabilidad”, explicó la especialista.
La profesional señaló que “del total de cánceres de mama que se registran en el mundo, entre 5% y 10% tienen una determinación genética BRCA1, un oncogen que se da específicamente en la población judía ashkenazi (el término tiene su origen en el personaje bíblico Ashkenaz), una etnia que lo porta de manera especial”.
“Esto no tiene nada que ver con el cáncer de mama esporádico que tienen las pacientes habitualmente. Por eso, no es viable pensar en la posibilidad de indicar una mastectomía bilateral a cualquier paciente cuya madre haya muerto a causa de esa enfermedad, si no porta ese oncogen”, aclaró Pallotta.
En esos casos (cuando hay algún antecedente familiar) se sugieren controles periódicos, quizás más asiduos que para el resto de las pacientes, pero no se justifica este tipo de cirugía –que implica en sí misma una mutilación, por más que luego se reconstruya la mama mediante prótesis– si no existe la mutación genética propia de esa etnia.
“En el caso de Jolie, sus médicos le indicaron mastectomía bilateral, dado que (a causa de la presencia del BRAC1) ella tiene un porcentaje muy elevado de desarrollar el cáncer, a lo largo de su vida. Entonces, es muy importante que lo pueda prevenir, aunque quizás ella estuviera en el 13% que no lo desarrollaría nunca. Como no existen certezas, uno tiene que tomar decisiones en base a probabilidades. Por eso, cuando la probabilidad es tan elevada, se recomienda prevenir”, afirmó la médica.
Determinación del BRAC1
“El test para detectar el BRAC1 y otro gen defectuoso llamado BRAC2, cuesta alrededor de 30 mil pesos en Argentina”, señaló a Rosario3.com, la presidenta de Lalcec Rosario, Laura Bollero, quien –más allá del caso Angelina Jolie y los estudios genéticos a los que se sometió– instó a las mujeres a realizarse la senografía de rutina, una vez al año (o cada seis meses, si así lo indica el médico) ya que permite detectar cualquier patología en su fase más incipiente.
Según la última encuesta nacional de factores de riesgo aplicada a 9.500 mujeres por el Ministerio de Salud de la Nación, “aún el 45 % de las mujeres mayores de 40 años no se hace la mamografía. Las mujeres que se la realizan con mayor frecuencia son las que tienen entre 50 y 64 años y viven en Capital Federal y provincia de Buenos Aires. Son también las que tienen mayor nivel educativo y cuentan con obras sociales y prepagas.
Por eso, desde Lalcec insisten con la necesidad de acudir a la consulta y hacerse los chequeos periódicamente. “Nosotros organizamos dos campañas preventivas al año; la primera en marzo, en la semana de la mujer, con 200 papanicolau y 200 mamografías gratuitas; y la segunda en octubre, en el mes del cáncer de mama. Todas las mujeres que concurren a Lalcec durante el mes de octubre, se pueden realizar una mamografía sin cargo”, aseguró Bollero, e invitó a las mujeres a acercarse a la institución.
En la actitud preventiva insistió también el doctor Carlos Captaine Funes, mastólogo de Lalcec, quien advirtió que en los hospitales públicos de Rosario se están observando casos de mujeres jóvenes, de alrededor de 25 años, que se presentan a la consulta con cánceres de mama muy avanzados, y admiten que nunca se efectuaron una senografía.
“Estas situaciones que conllevan un riesgo más importante y acarrean cirugías mayores y prácticas más invasivas, podrían evitarse si las mujeres aprendieran a hacerse el autoexamen de mamas y se hicieran los controles necesarios, que permiten la detección precoz de la enfermedad”, sostuvo el especialista.
"Sin llegar a casos extremos, como el de Angelina Jolie, hay muchos otros más cercanos y con características más comunes, que podrían prevenirse si se actuara a tiempo. En ese punto, aún tenemos mucho por hacer", afirmó el mastólogo.