El juez de Instrucción Osvaldo Barbero, había imputado a Luna –el último de los detenidos en el marco de la investigación– como autor intelectual del homicidio, a la par de Lázaro, quien al momento del crimen era el responsable de la delegación San Lorenzo del gremio.
El asesinato quedó enmarcado en una lucha feroz por el control de la filial santafesina del sindicato de Hugo Moyano, y Beroiz parecía encaminarse a la reelección, ya que contaba con el apoyo del líder nacional.
La mañana del 27 de noviembre de 2007, en el estacionamiento del ACA en la cortada Barón de Mauá, Beroiz recibió tres disparos y siete puñaladas que acabaron con su vida.