Fue un partido raro por donde se lo mire. Porque abrió la cuenta Lanús cuando Central era dominador. Porque en una ráfaga –entre los 44 y los 45– Central se puso al frente cuando el visitante parecía tener la situación bajo control. Y porque en el segundo tiempo, cuando los dirigidos por Gorosito hacían mejor las cosas e incluso generaron las situaciones más claras, Lanús volvió a dar vuelta la historia.
El partido empezó como era imaginable. Central se adueñó de la pelota y empezó a empujar a Lanús hacia su arco. Y así empezaron a generarse algunas situaciones.
Pero fue Lanús el que abrió la cuenta. Tras un error en una salida de Central, Alvarez le hizo penal a Leto y el Granate, que no había llegado, se puso arriba.
Cuesta arriba para Central en un partido que se acomodaba a lo que había venido a hacer Lanús: defenderse. Y si bien le costaba a los de Gorosito, Di María encontró el camino y a los 44 clavó el empate. No sólo eso, un minuto después desniveló Zelaya y el canalla se fue al descanso arriba.
En el segundo tiempo Central lució más sereno y volvió a generar llegadas. Pero no pudo traducir en la red su mejor juego. Llegadas tuvo, pero…
Lanús tuvo el oficio que Central no. Y Archuvi jugó rápido un tiro libre, se la dio a Leto y este dio el pase que Peletieri empujó a la red. La defensa de Central dormía.
Sobre el final, un buen gol de Fabbiani puso cifras finales a un partido en el que Central pecó de ingenuo, demasiado ingenuo. Y cocodrilo que duerme, es cartera.
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