Tres meses atrás, ni el más pesimista de los hinchas auriazules hubiera imaginado este presente tan negro y desalentador. Es que el equipo se aprestaba para afrontar el campeonato Apertura con las mejores expectativas. Habiendo dejado atrás el fantasma del descenso y con un par de contrataciones de nivel, en Central se permitían soñar en grande. Pero tras jugarse medio torneo, la realidad demostró que aquel sueño era sólo una quimera y el temor a la promoción volvió a aparecer por Arroyito.
Fue una conjugación de factores la que volvió a hundir a un equipo que hoy aparece más desorientado que nunca: un cuerpo técnico (el encabezado por Vitamina Sánchez) al que le pesó el compromiso de dirigir a Central y no supo comandar el barco; jugadores que rindieron muy por debajo de su nivel y de las expectativas que había depositadas sobre ellos, y desafortunadas acciones dirigenciales. Todo esto conformó un combo duro de soportar y contribuyó en gran medida a forjar este preocupante presente de Rosario Central.
El arribo de Gustavo Alfaro pareció una bocanada de aire fresco para el auriazul, pero en el debut el fracaso fue rotundo: con pocos días de trabajo, ni siquiera hubo una remontada anímica por el cambio de DT, y un equipo sin alma ni juego fue superado claramente por Gimnasia de La Plata en un Gigante de Arroyito azorado. Igual, el flamante entrenador tiene el crédito abierto para intentar enderezar el rumbo: la intención es sumar la mayor cantidad de puntos posibles en el Apertura, para encontrar definitivamente el equipo a principios de 2009.
Otra de las difíciles misiones que tendrá Alfaro de aquí en adelante es corregir el errático rumbo del equipo en condición de visitante, donde sólo ganó dos de los últimos veintitrés partidos jugados: a Newell´s, en el Apertura 2007, y a Olimpo, en el Clausura 2008. El próximo desafío de Central es Boca, en la Bombonera, el domingo a las 15.10, y encima en ese juego no podrá estar el capitán Cristian González, quien acumuló cinco amarillas y deberá purgar una fecha de suspensión. Tampoco volverán los defensores Jorge Núñez y Diego Braghieri, aun recuperándose de sendas lesiones. Este martes, en el regreso a los entrenamientos, Alfaro empezará a moldear la formación que irá por un batacazo ante el Xeneize. Algo que hoy luce bastante improbable.
Central: presente desalentador y futuro incierto
El equipo está último y el riesgo de descenso vuelve a formar parte de las conversaciones cotidianas. Alfaro tendrá el doble trabajo de levantar a los jugadores futbolística y anímicamente. Encima, se viene Boca en la Bombonera y no podrá jugar el Kily González, suspendido