Este sábado a las 21, César Pueyrredón se presenta por primera vez en el Centro de Convenciones de City Center Rosario, Av Circunvalación y Bv Oroño, con un show que promete un repaso de todos su éxitos solistas y con Banana, y el adelanto de parte de su nuevo disco Alma viva.

El vocalista llega a la ciudad junto a su histórica banda conformada por Jorge Rabito, en bajo y coros;  Rubén Calegari, en batería; y Alejandro Leonetti, en guitarras.

“Soy muy fiel a las cosas nostálgicas. Soy un canceriano que guarda todo: las cartitas, los souvenirs. Mis hijos se ríen por eso, pero me pasa lo mismo con las canciones: las apilo en el escenario. No soy de esos tipos que dice «lo que hice ayer ya está­», sino que soy muy consecuente y estoy orgulloso de todo eso que hice. Y el público está feliz con eso, sabe lo que va a escuchar”, adelanta el César Banana Pueyrredón, en diálogo con Rosario3.com.

— ¿Y sos de andar por la vida guardando las frases que se te ocurren?

— Guardo los papelitos del peaje, no los tiro. Sé que la gente de va a reír con este método vetusto pero, por ahí, estoy en una esquina con el auto, esperando el semáforo, se me ocurre una frase y la escribo en esos papelitos. De esas cien frases, hay cinco que me van a servir. Y a la medianoche, cuando se me ocurre una idea, sé que la tengo que poner en un papel o en un grabador porque si no, no puedo dormir.

— ¿Trabajás la letra y la música por separado?

— Es indistinto. Hay ideas de músicas dando vueltas por ahí y hay ideas de letras. Hay un día en que me siento y confronto las melodías que tengo con las letras y, cuando encuentro la frase que va bien, ahí se empieza a terminar la canción. Me pasó, por ejemplo, con “Alma viva” que tenía toda la letra terminada y la música llegó después. Y se fue más o menos emprolijando la letra con la melodía. Pero es raro que funcione así. Generalmente, tengo una idea de música, se me ocurre una letra, sé dónde voy a poner la frase principal y, una vez que ocurre eso, ya está la canción hecha.

— ¿En qué momento está tu próximo disco “Alma viva”?

— Está en etapa de armado. A algunos temas todavía no los compuse. Sé de qué voy a habar, pero todavía no los armé. Y la idea es mostrar un poco de ese disco en Rosario y ver cómo responde la gente. Me ha pasado, a lo largo del tiempo, que la ciudad resulta como un laboratorio de los shows. Y de cábala también. Porque cuando mostrás las canciones en Rosario, después funciona a nivel nacional. No soy el único al que le pasa esto.

— ¿Te molestó que en algún momento te tilden de “romántico”, con un cierto guiño despectivo?

— No. Lo mismo pasó con Fito cuando editó El amor después del amor y los rockeros se preguntaban «qué le pasó» porque grabó un disco dedicado a una mujer. La verdad es que todos los rockeros tienen alguna buena canción de amor. Y empecemos por Spinetta, sin ir más lejos. Qué es “Muchacha ojos de papel” sino una grandísima canción de amor. Creo que todo depende de cómo está hecha, qué tipo de actitud tiene uno en la canción: si uno quiere ser meloso e ir a los lugares comunes, o si uno va hacia la profundidad. “Conociéndote” la hice a los 19 o 20 años, y es muy profunda. O “Cuando amas a alguien”, también el súper profunda. Y me da gusto cantarlas, me sintiendo muy identificado con la intención poética, que es lo que salva la canción y lo que hace que permanezca en el tiempo. No sé si el periodismo de rock, pero el mundo del rock me lo reconoce y la gente también. Además yo defiendo ese lugar distintivo, canto con mi voz áspera, con fraseo e inflexiones de rock.

— Leí por ahí que fuiste un muy buen estudiante

— Sí, tuve muy buenas notas en el secundario y era re olfa, pero no de estudiar fanáticamente sino de prestar atención en la clase. Entonces, siempre sabía de qué iban a  hablar. Y en la facultad, también tuve buenas notas, pero no terminé la Licenciatura (en música). Yo ya estaba trabajando mucho con Banana y dedicar un año entero a componer una obra de orquesta requería demasiado tiempo. Pero eso de tener buenas notas me sirvió mucho con mi viejo. Si bien yo era el menor de ocho hermanos y era un poco malcriado, mi viejo era publicitario, así que entendía eso de “el mundo creativo”. Entendía verte a las tres de la mañana terminando una canción. Es más, me regaló una cuota de un teclado que yo quería a los 15 años.

— ¿Alguna vez alguien se te acercó y te dijo: «Por tu culpa me casé»?

— Sí, muchas veces. En general, todas son buenas. Pero una vez, estábamos comiendo con los chicos después de un show y un tipo se me para al lado de la mesa y me dice: «César Banana Pueyrredón, yo conocí a mi mujer gracias a un tema suyo». «Bueno –le digo– muchas gracias». «No que gracias la pu… Hace 25 años que estoy con esta bruja por culpa suya». Después, el tipo se rió, pero nos quedamos todos helados. En general, se acercan para agradecer, incluso mujeres que ya están separadas y te dicen «con una canción tuya yo conocí a mi marido». Es raro que te acuerdes de una canción si te trae malos recuerdos. La borrás. Te acordás de las canciones que tienen buena vibra.