El arte no tiene horizonte fijo y no son pocos los que eligen el propio cuerpo para demostrarlo. Uno de ellos es el artista noruego Alexander Selvik Wengshoel quien, tras ser intervenido en la cadera y recibir una prótesis, se hizo "una sopa" con el hueso saliente.
Según explicó Alexander a The Local, su intención primera no era comerse el hueso, sino que la idea vino después.
“Tenía que hervir el hueso para retirar la carne de él. Así que, comencé a sacar los restos, tomé una pequeña parte y pensé «¿por qué no? No todos los días tengo una porción de carne humana que es mía y que puedo comer». Así que probé un poco y entonces pensé «está realmente bien»”, reveló.
El joven, de 25 años, acompañó el menú con papa gratinada y una copa de vino. Una vez terminado el banquete, el muchacho dijo que el plato tenía el sabor de “una oveja salvaje”.
Selvik Wengshoel nació con una deformación en la cadera y, tras varias operaciones fallidas, pasó buena parte de su vida en una silla de ruedas.
Finalmente, a los 21, consiguió una prótesis metálica adecuada. El joven capitalizó la intervención y presentó tanto una película como radiografías de su cuerpo como parte de su trabajo de graduación en arte.