Maricel Bargeri

Charly García invita a la Dimensión desconocida. Aunque sea sólo un título, un guiño a otras noches en las que, efectivamente, la incertidumbre era parte del show, el presente de Bico lo contiene –desde su vuelta a los escenarios– en tiempo y forma.

El tiempo es lo que dura una canción, un cordón de acordes que, es verdad, tuvo un acople y algún que otro desajuste este miércoles en Club Brown, pero lejos del caos.

La forma es su banda, The Prostitution, que se encarga de construir un corset sonoro cada vez más flexible para un Charly que recuperó la costumbre de ironizar entre tema y tema.

Y también lo son las canciones: veinticinco, en una noche que compiló cuatro décadas en dos horas y quince de show.

Digamos que la cosa arrancó a las 22.05, media hora más tarde de lo previsto, pero con gente –un público en el que dominaban los chicos y chicas entre los 18 y 25 años– que se sumaba a la cola de ingreso a la misma hora que estaba pautado el recital.

La apertura, casi a capella, se la llevó la letra de “Say no more” para sí, después, arrancar con el tándem “Tango en segunda”, de Sui Generis, y “El Amor Espera”.

El setlist continuó con un cada vez más rockeado “Los Dinosaurios” y “Rock and Roll Yo”. Esta canción la compuse en Francia, donde no hay bidet”, anunció Charly, y se despachó con “Promesas...”

Mucho más delgado, con un vestido largo negro –luego optaría por uno más corto–, García se sacó una y otra vez el sombrero, para acomodarse el retorno, hasta que tiró los auriculares al piso.

Verborrágico, se despachó con historias, frases y humoradas, esas que habían quedado mitigadas por el silencio inmediato al regreso. “Tengo 27 operaciones: de corazón, de hígado de cerebro. Ando bien”, lanzó, en tren de confesiones.