Los investigadores tomaron muestras del tejido intestinal de ratones, compuesto por capas de diversas células, como células musculares o células epiteliales. Después, transplantaron esta mezcla de células al abdomen de los animales, dentro de polímeros biodegradables.
Lo que sucedió a continuación fue justo lo que los investigadores deseaban: la mezcla de células creció dando lugar a pequeños intestinos “artificiales” que contenían todos los tipos de células del intestino original. Es decir, que los nuevos órganos portaban los componentes más esenciales de sus predecesores.
Según los autores de la investigación, ésta sería la principal novedad de su trabajo: el mantenimiento de la diversidad celular en los intestinos resultantes. Este elemento resultará clave para la reparación duradera de intestinos dañados por enfermedades variadas, como la enterocolitis necrotizante neonatal (ECN).
Fuente: Tendencias 21