Autos de alta gama y concesionarias de primer nivel baleadas. Kioscos de droga que se demuelen pero junto con los ladrillos sólo caen detenidos los eslabones más bajos del narcotráfico. Mujeres víctimas de la trata y la prostitución, cuyos capos siguen siendo invisibles. Y detrás de todo eso, mucho dinero sucio que busca ser blanqueado y que incluso se reproduce con préstamos en negro a tasas usurarias.