El viajar es un placer. Y hacerlo en familia, más aún. Sin embargo, a la hora de planear un vuelo con chicos conviene tener ciertas precauciones para hacer del paseo aéreo un lugar más feliz.

Algunos especialistas señalan que, como los niños necesitan espacio, lo ideal para ellos sería que viajen en la primera fila. Además, esa ubicación también resulta más práctica para entrar y salir del avión.

En caso de que esas plazas esté reservadas, las butacas cercanas a las ventanillas pueden ser tanto o más divertidas que un juego.

Si se trata de menores de dos años, algunas compañías proporcionan cunas a los viajeros. Aunque, en este caso, lo mejor es explicar la situación al momento de la reserva.

Durante el aterrizaje y el despegue de la nave, se produce una variación de la presión atmosférica. Esta diferencia genera, entre otros síntomas, dolor de oídos, obstrucción nasal, mareo y apunamiento.