El que comienza puede ser un gran fin de semana para el deporte nacional. El equipo argentino de Copa Davis tiene la mejor chance de su historia para quedarse con la Ensaladera de Plata por primera vez, luego de dos finales esquivas en anteriores ediciones. De la mano de David Nalbandian y Juan Martín Del Potro, el cuarteto que capitana el rosarino Alberto Luli Mancini es favorito y buscará aprovechar esa ventaja que tienen en la previa ante España, en la serie que arranca hoy en Mar del Plata al mejor de cinco duelos.
Con los horarios y los cruces confirmados desde el sorteo realizado ayer, la disputa comienza a las 13 con el partido entre Nalbandian y David Ferrer, primera raqueta del elenco europeo, con transmisión en vivo de Canal 3, como en toda la final.
A continuación, jugará Del Potro ante Feliciano López el segundo y último encuentro de la jornada inaugural.
Si Argentina se pone 2-0, puede levantar la Copa mañana mismo, si José Acasuso y Agustín Calleri le ganan el choque de dobles a la pareja conformada por López y Fernando Verdasco. Ése será el único juego del sábado y comenzará a las 14.
El domingo se invertirán los singles (Nalbandian frente a López y Del Potro contra Ferrer) desde las 12 del mediodía, esté o no definida la serie y el campeón de la Copa Davis 2008.
Todos los encuentros se jugarán en el estadio cerrado Islas Malvinas, en cuyo interior se instaló especialmente para esta ocasión una carpeta rápida, con el objetivo de contrarrestar el juego de la máxima figura del tenis actual, Rafael Nadal, quien finalmente no estará en la final por encontrarse lesionado.
La serie ante España no sólo será la primera final de la Argentina en la historia como local y consecuentemente el encuentro de Davis más trascendente de todos los tiempos, sino que constituirá el primer cotejo de esa competencia en el país que no se jugará sobre polvo de ladrillo.
Si bien los tenistas argentinos a lo largo de la historia prefirieron esta última superficie, la mejor adaptación de Nalbandian y Del Potro a las canchas rápidas y bajo techo, y los cuatro títulos consecutivos que ostenta Rafael Nadal en Roland Garros (en ladrillo), hicieron que tanto Mancini como los jugadores eligieran un piso veloz.