El máximo tribunal de las Naciones Unidas consideró en cambio que Belgrado violó la Convención contra el Genocidio de 1948 al no haber actuado para prevenir la masacre, ni castigar a sus culpables, y le reclamó que entregue al ex militar serbobosnio Ratko Mladic al Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia.
Esta es la primera ocasión en que la Corte Internacional de la ONU se pronuncia sobre un caso basado en la Convención de Prevención de Genocidio. La sentencia responde a la demanda de Bosnia, que había acusado a Serbia y Montenegro de haber violado esta Convención durante la guerra civil bosnia y, en concreto, en la matanza de Srebenica.
Unas 200 mil personas murieron durante la guerra civil en Bosnia, entre ellas, los 8 mil varones musulmanes asesinados luego de la conquista en 1995 por las tropas serbobosnias.
En su lectura del fallo, la presidenta de la Corte, la británica Rossalyn Higgins, consideró que "no puede establecerse que la masacre de Srebenica haya sido cometida por órganos dependientes" de la entonces vecina República Federal de Yugoslavia. Algunas pruebas, explicó la presidenta, indican que el régimen yugoslavo tuvo "influencia" sobre las autoridades serbobosnias responsables de la masacre, pero no "el control" sobre su actuación.