El abogado defensor del adolescente detenido por la muerte del flogger Guillermo Cáceres, ocurrida el domingo en la localidad cordobesa de Las Tapias, aseguró que la presunta confesión realizada ante la policía por el acusado no tiene validez judicial.

El abogado Ramón Mustafá Montes afirmó que la supuesta confesión de su defendido "no es legal" porque fue realizada "sin asistencia profesional" y que deberá ser interrogado por una jueza de menores, quien resolverá su situación procesal.

Si bien ayer el jefe departamental de San Javier, Oscar Criado, había asegurado que el muchacho se había quebrado, había llorado y había confesado, el abogado Montes dijo este martes que su defendido no tiene participación en el hecho.

El abogado sostuvo la inocencia de su cliente, de quien dijo que "no tiene nada que ver en la muerte. Primero se habló que los golpes fueron propinados por un grupo de jóvenes, y después surge la versión que la víctima no presentaba heridas ni marcas".

Advirtió que "es todo muy poco claro" y destacó que con el joven detenido ha hablado "muy poco porque no era el momento de hablar, esta situación ha causado mucho dolor, impotencia y bronca".

El hecho ocurrió en la mañana del domingo pasado en esa población de traslasierra, a 180 kilómetros al oeste de la capital provincial, un pequeño poblado de 3.000 habitantes que concentra la diversión de la zona en dos boliches frecuentados por jóvenes.

Cáceres falleció aparentemente tras recibir una fuerte golpiza al ser atacado por una patota por su aspecto flogger y, como principal sospechoso, está detenido un joven de 17 años, hijo de un efectivo de la policía provincial, que fue puesto a disposición de la Justicia de Menores.

El caso quedó ahora a cargo de la Jueza de Menores de Villa Dolores, Elba del Valle Allende, después de las primeras actuaciones realizadas por el fiscal de Instrucción de esa misma ciudad, Emilio Andruet.

En declaraciones periodísticas formuladas el mismo domingo, Andruet dijo que "supuestamente los agresores empiezan a insultar a este otro grupo (que integraba la víctima) por la forma de vestir y el aspecto de estos chicos".

El padre de la víctima, Elías Cáceres, de 69 años, salió al cruce de versiones sobre que la muerte habría derivado de un problema cardíaco y advirtió: "Quiero justicia por la muerte de mi hijo, que no me digan ahora que murió de un susto".

El joven fallecido fue sepultado ayer en medio de muestras de dolor y congoja de numerosas personas de todas las edades y por la noche, pasadas las 20, amigos y familiares se concentraron en la plaza principal de Villa Dolores para pedir justicia.